El camino se hace caminando.

Morir y renacer en un instante, tocar fondo y volver a la tierra, con los pies en el suelo, con la mirada firme y muchas ganas de avanzar.

Así es como me encontraba yo, sin ganas, perdida entre tanta gente que viene y que va, que te dice lo que hacer y lo que no. Sin saber quien era y sin saber a donde iba.

Trate de encontrarme entre tanto desorden y me di cuenta de muchas cosas:

1. Los libros son maravillosos.

2.Al fin y al cabo vas a morir.

3.Puedes ser quien quieras ser.

Y así me dí cuenta de que lo malo no es tan malo y que lo negro puede ser gris, que unas palabras pueden cambiarlo todo y que una sonrisa te puede alegrar el día.

Entonces me puse manos a la obra, sin más dilación, me propuse construir mi camino sobre unos cimientos firmes para que no se viniera abajo. Descubrí quien era y eso me hizo ser más feliz sin darme cuenta, apreciar cada nuevo día, cada rayo de sol, porque cada día es una nueva historia y esta es la historia de tu vida,así que, sigue escribiendo.