Punto y final.

No me gustan las páginas en blanco, como cuando tú mirada me decía adiós al alejarse.

Hay cosas que pasan y no encuentras ningún motivo evidente para que sucedan, pero suceden.

Tú y yo eramos un mundo. Nuestro mundo del que ya no queda nada visible, tan sólo un recuerdo refugiado en nuestras memorias que quieren hacer como si nada.

El problema fue que tú lo tomaste como un mero juego y yo como una bonita historia.

Te he escrito tantas veces que ni te lo imaginas, pero ya es hora de cerrar este capítulo para siempre y dejar atrás todos esos momentos que ya no sirven de nada.

No me digas que no piensas en ello cuando si que lo has hecho, no quiero ver más tú mirada, ni escuchar tus palabras que no dicen nada.

Me da miedo pensar que todo esto no ha servido de nada. Pero todo tiene un motivo y una finalidad, solo me hace falta descubrir de que se trata. Sigue con tu vida, yo seguiré con la mía como si nada. Seguiré escribiendo sin cesar y me gustaría prometerte que ya no te volveré a escribir, pero nunca se sabe.

Quiero cerrar capítulo y lo hago en estas líneas, quiero y lo hago. ¿Qué fácil, verdad? No ha sido nada fácil pero ahora miro hacía delante y doy un portazo al pasado que quiere irrumpir en este presente. 
Todo muy intenso. Todo muy felino.
Fin.